“A la hora de decidir cambiar las etiquetas manuales por las etiquetas digitales, hemos mejorado los siguientes puntos:

1. Tiempo dedicado a las actividades de gestión: antes invertíamos mucho tiempo en la gestión de las etiquetas manuales, dada la constante actualización de precios que se produce en los productos expuestos en la Farmacia.

2. Errores en las etiquetas de papel expuestas: es prácticamente imposible detectar todos los errores, y más cuanto mayor es la exposición al público, mayor será la visibilidad del erro también para el cliente. Con las etiquetas digitales, los datos se matienen actualizados en la base de datos de la Farmacia y los cambios son más fáciles y rápidos de realizar.

La mejora de estos puntos hace que la imagen de la Farmacia ante el cliente sea más transparente y profesional, y también permite al Farmacéutico centrarse en tareas de mayor valor añadido, como el asesoramiento y la asistencia al cliente.

Este nuevo enfoque requiere la actualización de las etiquetas, pero sólo cuando se introducen o eliminan productos. El resto del tiempo, no es necesario hacer nada más. Con el sistema Farmatic, es posible introducir promociones que se reflejan automáticamente en el precio, ya sea por periodos temporales, por franjas horarias, etc.

Creo que hemos dado un salto de calidad hacia una gestión más moderna y profesional de los precios. Es difícil calcular la rentabilidad de la inversión, ya que muchos de los efectos positivos son intangibles (mejora de la imagen de presentación, reducción del tiempo dedicado a las actualizaciones y reducción del tiempo dedicado por cada empleado a corregir errores), pero en conjunto creo que merece sobradamente la pena.”

Testemonio de Manuel de Castro Nogales.